martes, 25 de octubre de 2016

ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL HOGAR EN EL DIARIO DEIA


Enlace a la entrevista al presidente del Hogar Navarro en el diario "Deia" el 24 de octubre de 2016:
(Pinchar en el enlace para ir al artículo original en la página de Deia)




Transcripción de la entrevista en el diario Deia:

“Entre los socios hay una niña de seis meses y un señor de 94 años”


El Hogar Navarro, constituido en 1901, es la asociación más antigua de Bilbao y tiene 256 miembros.

Lunes, 24 de Octubre de 2016 


(Fotografía DEIA)

Bilbao - “Uno no va a tener ya maripositas en el estómago, pero sí se nos pone la carne de gallina”, confiesa Luis Mayayo, presidente del Hogar Navarro-Nafarren Etxea, recordando cómo cada 7 de julio salen “vestidos de pamplonicas con la charanga dando esos aires navarros por las calles del Botxo”. Precisamente un día de San Fermín, pero de 1901, un puñado de compatriotas sembraron la semilla de la asociación más antigua de la villa. “Se juntaron en el café Boulevard de Bilbao para tomar un café y unas copitas y, entre copa y copa, empezaron a cantar y recordar su tierra. Quedaron en que cada cierto tiempo se iban a reunir y así fue como se fue fundando la entonces llamada Colonia navarra”, explica.
Recuerda, rasca que te rasca en la memoria, que “se instalaron en una lonja de la calle Espartero, luego en la Ribera y desde el año 1956 en el número 5 de la Plaza Nueva”. También que no dejó de existir ni cuando estalló la guerra. “Lo único, que tristemente se quemaron una serie de archivos, actas, etc, que no hemos podido recopilar”, lamenta.
Al igual que hacían con sus paisanos la Casa Palentina o el Centro Burgalés, comenta, el objetivo de esta sociedad no era otro que “acoger a aquellos navarros que emigraban al País Vasco, concretamente a Bilbao, un pueblo que tenía mucha industria y donde había trabajo”. A falta de redes sociales, smartphones y otros medios de comunicación, “la gente se juntaba” con sus compatriotas para echarse una mano y “esa fue una de las causas por las que se fundó este hogar”, relata su presidente.
Pese a lo que pudiera parecer, no todos los miembros del Hogar Navarro juegan a cartas ni peinan canas. De hecho, dice Mayayo que la suya es “una asociación intergeneracional”. Tanto que, entre sus 256 miembros, hay quien lleva chupete y quien se apoya en una cachava. “El socio más joven es una niña que tiene seis meses, nieta de unos socios. El más mayor es un señor que tiene 93 o 94 años. También hay gente de 30, 35 o 40 años, como mis hijos y los hijos de otros socios, que suelen acudir aquí con bastante frecuencia”, asegura con orgullo. A todos ellos les van inculcando, dice, “aquellos valores y costumbres” de su tierra natal.
Como buenos navarros que son, celebran “con todo el auge” las fiestas de “los santos patronos San Fermín y San Francisco Javier”. Esto es, “con charangas, cohetes desde el balcón de la Plaza Nueva y toda una gran parafernalia”. Pero no es fiesta todo lo que reluce. También practican gimnasia de mantenimiento dos días a la semana, reciben clases de euskera y de informática y realizan “actividades para ejercitar la memoria y mantenerse bien, con las facultades mentales lúcidas, ya que vamos siendo una sociedad un poquito antigua”, reconoce, afable, Mayayo.
Lejos de encerrarse en sí mismos, también han tratado de impulsar su cultura hacia Bilbao, lo mismo que se han empapado de la cultura autóctona, “aunque prácticamente somos todos de Euskal Herria”, apunta. Lo que viene a ser integrarse. “Damos a conocer nuestras costumbres, nuestros valores navarros, y a la vez asumimos los valores que nos ha aportado a nosotros Bilbao, que es nuestra segunda patria, nuestro segundo hogar”. - A. R.


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ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL HOGAR EN EL DIARIO DEIA


Enlace a la entrevista al presidente del Hogar Navarro, Luis Mayayo, en el diario "Deia" el 24 de octubre de 2016:
(Pinchar en el enlace para ir al artículo original en la página de Deia)




Transcripción de la entrevista en el diario Deia:

“Entre los socios hay una niña de seis meses y un señor de 94 años”


El Hogar Navarro, constituido en 1901, es la asociación más antigua de Bilbao y tiene 256 miembros.

Lunes, 24 de Octubre de 2016 


(Fotografía DEIA)

Bilbao - “Uno no va a tener ya maripositas en el estómago, pero sí se nos pone la carne de gallina”, confiesa Luis Mayayo, presidente del Hogar Navarro-Nafarren Etxea, recordando cómo cada 7 de julio salen “vestidos de pamplonicas con la charanga dando esos aires navarros por las calles del Botxo”. Precisamente un día de San Fermín, pero de 1901, un puñado de compatriotas sembraron la semilla de la asociación más antigua de la villa. “Se juntaron en el café Boulevard de Bilbao para tomar un café y unas copitas y, entre copa y copa, empezaron a cantar y recordar su tierra. Quedaron en que cada cierto tiempo se iban a reunir y así fue como se fue fundando la entonces llamada Colonia navarra”, explica.
Recuerda, rasca que te rasca en la memoria, que “se instalaron en una lonja de la calle Espartero, luego en la Ribera y desde el año 1956 en el número 5 de la Plaza Nueva”. También que no dejó de existir ni cuando estalló la guerra. “Lo único, que tristemente se quemaron una serie de archivos, actas, etc, que no hemos podido recopilar”, lamenta.
Al igual que hacían con sus paisanos la Casa Palentina o el Centro Burgalés, comenta, el objetivo de esta sociedad no era otro que “acoger a aquellos navarros que emigraban al País Vasco, concretamente a Bilbao, un pueblo que tenía mucha industria y donde había trabajo”. A falta de redes sociales, smartphones y otros medios de comunicación, “la gente se juntaba” con sus compatriotas para echarse una mano y “esa fue una de las causas por las que se fundó este hogar”, relata su presidente.
Pese a lo que pudiera parecer, no todos los miembros del Hogar Navarro juegan a cartas ni peinan canas. De hecho, dice Mayayo que la suya es “una asociación intergeneracional”. Tanto que, entre sus 256 miembros, hay quien lleva chupete y quien se apoya en una cachava. “El socio más joven es una niña que tiene seis meses, nieta de unos socios. El más mayor es un señor que tiene 93 o 94 años. También hay gente de 30, 35 o 40 años, como mis hijos y los hijos de otros socios, que suelen acudir aquí con bastante frecuencia”, asegura con orgullo. A todos ellos les van inculcando, dice, “aquellos valores y costumbres” de su tierra natal.
Como buenos navarros que son, celebran “con todo el auge” las fiestas de “los santos patronos San Fermín y San Francisco Javier”. Esto es, “con charangas, cohetes desde el balcón de la Plaza Nueva y toda una gran parafernalia”. Pero no es fiesta todo lo que reluce. También practican gimnasia de mantenimiento dos días a la semana, reciben clases de euskera y de informática y realizan “actividades para ejercitar la memoria y mantenerse bien, con las facultades mentales lúcidas, ya que vamos siendo una sociedad un poquito antigua”, reconoce, afable, Mayayo.
Lejos de encerrarse en sí mismos, también han tratado de impulsar su cultura hacia Bilbao, lo mismo que se han empapado de la cultura autóctona, “aunque prácticamente somos todos de Euskal Herria”, apunta. Lo que viene a ser integrarse. “Damos a conocer nuestras costumbres, nuestros valores navarros, y a la vez asumimos los valores que nos ha aportado a nosotros Bilbao, que es nuestra segunda patria, nuestro segundo hogar”. - A. R.


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